La historia de Dolores de Pacheco tiene su nacimiento y punto de partida unido a la de Roda. El campo de Cartagena, finalmente poblado una vez controlados los ataques de los piratas berberiscos gracias a las Torres, estaba dividido en grandes fincas pertenecientes a las grandes familias de Murcia y Cartagena, a la iglesia y a los monasterios. Dentro del primer caso se encontraba la finca patrimonial de la familia Roda que construye hacia finales del siglo XVI, una ermita en honor a la Virgen de los Remedios.
En el año 1720/25 se tiene constancia de que D. Diego Guillen, un labrador vecino de Roda, cede unos terrenos para que se construya en ellos una nueva ermita en honor a la Virgen de los Dolores, cuyo culto se había incrementado en esa época a raíz del milagro de la dolorosa Virgen de las Lagrimas y por coincidir también con la estancia en esa época en Murcia del Cardenal Belluga, muy devoto a esta virgen.
El conjunto de la ermita fue costeado por los labriegos del entorno, los que, en contraposición a la ermita “vieja” de Roda, denominan a la ermita de Ntra. Sra. De los Dolores “Ermita Nueva”, alrededor de la cual se crea un grupo urbano de unas 10/15 familias (su nivel máximo de población en esa época es de 1811/1812) en lo que es la Hacienda de los Marines y el Paraje de los Guillenes hacia la mitad del siglo XIX.
Hasta esa fecha Dolores y Roda formaba una única diputación dependiente del ayuntamiento de Murcia, en 1840 se produce la constitución en ayuntamiento independiente de las diputaciones de San Pedro, San Javier y Torre Pacheco, dividiéndose Roda/Dolores en dos partes que quedaran integradas en San Javier, en el caso de Roda, y en Torre Pacheco, en el caso de Dolores.
El 16 de Octubre de 1908 la ermita pasa de ser dependiente de la parroquia de Torre Pacheco a constituirse en rectoría con pila bautismal, independiente con carácter oficial definitivamente, construyéndose el cementerio rectoral el 25 de Agosto de 1918. De esta forma el núcleo de población queda definitivamente constituido.
A partir de 1960, se produce una gran explosión demográfica debida al desarrollo económico de la zona a través de los cultivos principalmente, aumentando de esta forma las viviendas, comercios e industrias que han dado lugar a la Ermita Nueva del siglo XXI.
Localización
La pedanía de Dolores de Pacheco se sitúa en la parte noroeste del municipio de Torre Pacheco (Campo de Cartagena), al que pertenece, muy cercana a las localidades de San Javier y Los Alcázares, exactamente a 8,5 Km. al noroeste de Torre Pacheco, 3 Km. al suroeste de San Javier, 5 Km. al noroeste de Los Alcázares, y a 25 Km. de Cartagena, 44 de Murcia, y 96 de Alicante.
Patrimonio artístico
El patrimonio artístico de Dolores de Pacheco se centra en la iglesia
de Nuestra Señora de los Dolores, punto de origen y desarrollo de la
pedanía.
La Iglesia principal de Dolores fue construida sobre la
fanega de terreno cedida en 1729 por un labrador de Roda, Don Diego
Guillén y se consagró a la Virgen de los Dolores, a la que se le
profesaba un gran culto en aquella época gracias al milagro de la Virgen
de las Lágrimas y a la influencia del Cardenal de Belluga.
Originalmente la ermita se limitaba al camarín que hay junto al presbiterio, el crucero y un par de capillas, pero se fueron sucediendo las reformas que las iban ampliando: en 1812 el Cabildo de Murcia ofrece un donativo con el que se amplia la nave con la torre, posteriormente las capillas del Corazón de Jesús y del Carmen, en 1880 el Panteón de la familia Ayuso, en 1908 la Pila Bautismal y el escalón del presbiterio, donación de la familia Palarea.
Patrimonio natural: El Cabezo Gordo
Dolores de Pacheco se sitúa a nivel del mar a escasos 4 kilómetros del litoral costero. Siendo el paisaje agrícola el predominante, con grandes extensiones de tierra destinadas a tal fin y pilar de la economía local, cabe destacar en media de éstas el paraje del Cabezo Gordo, muy cercano a la pedanía.
El entorno del Cabezo Gordo, declarado Paisaje Protegido según la Orden del 29 de diciembre de 1998 (BORM 15, 20 enero 1999) cuenta con una superficie de 281,2 Ha y con 312 m de altura, está formado por rocas sedimentarias muy compactas (calizas), destacando mineralizaciones de hierro y afloramientos de mármol. Lo que hace dos mil años era todo un bosque mediterráneo que llegaba hasta la orilla del mar hoy a causa de la deforestación total de la montaña, con canteras que se han comido parte de sus laderas, nos encontramos ante un entorno en el que predominan los matorrales xerofíticos y las comunidades rupícolas.
A 120 m de la cima se encuentra la entrada a la Sima de las Palomas, que cuenta con 18 m. de profundidad. Los primeros restos fueron hallados casualmente en 1991 por D. Juan Carlos Blanco Gago. La investigación científica comenzó en 1992 bajo la dirección de los profesores-doctores Miguel Walker de la Universidad de Murcia y José Gibert Clols del Instituto Paleontológico de la Diputación de Barcelona en Sabadell, tristemente fallecido en 2007.
En el año 2018, el nuevo hallazgo de un diente molar de leche infantíl del Hombre de Neandertal de hace aproximadamente 100.000 años, junto con el fragmento mandibular excavado en 2017 y dos incisivos descubiertos en 2016, demuestra la presencia del Hombre de Neanderthal en el yacimiento durante el último período interglaciar entre hace 130.000 y 100.000 años, mucho antes del depósito hace 55.000-50.000 años de los esqueletos neandertales en articulación, y separada de estos por la zona interpuesta de conglomerado durísimo que se consolidó entre hace 67.000 y 65.000 años.
Se han encontrado huesos fósiles de animales extintos del pleistoceno superior y final, y restos de otras especies como hipopótamos, panteras, leones, grandes bóvidos, caballos, aves migratorias y acuáticas.
Entre el material catalogado del paleolítico medio se encuentran puntas musteriense, raederas, raspadores denticulados, builes y percutores.